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domingo, 20 de abril de 2014

AMADEUS (1984)

       
                                              
¡Qué grande es el cine! Acabamos de hablar de Gladiator donde una historia simple en manos de un buen director, con medios y presupuesto, se convierte en un espectáculo de primer orden y pasamos a una película  en que la conjunción de un gran director y un magnífico compositor nos dan una obra que, por si sola, hubiera justificado la existencia del cine ¡Qué grande es el cine!
Para hablar de Amadeus, tengo que confesar que lamentablemente no soy un melómano, no sé distinguir un clavicémbalo de un pianoforte. También es verdad que tampoco se distinguir Rocky III de Rocky IV, pero cuando veo algo bueno, tanto en música como en cine, lo capto. En Amadeus elevado al cuadrado.


                              La agonía y el éxtasis.


                                               Lo que nunca existió.
                      

El artífice en este caso y el mérito, en un porcentaje muy alto, es del director Milos Forman, un producto de la cantera checoslovaca y su Escuela de Cine. Dos de sus películas se pudieron ver fuera de sus fronteras en una época que  difícil y triunfaron: Festivales, Ciclos, Cine Clubs, etc. vieron y premiaron Pedro el negro y Los amores de una rubia.

Luego vino su momento de suerte, su persona en el sitio oportuno, París, en el momento oportuno, la Primavera de Praga. Forman ni se lo pensó, puso rumbo a Estados Unidos donde lo acogieron con los brazos abiertos. Su correspondencia fue Alguien voló sobre el nido del cuco, una buena película y un éxito: las puertas del Paraíso estaban abiertas. En un Teatro vio una representación de Amadeus del autor ingles Peter Schaffer. Schaffer ya había escrito dos éxitos, Ejercicio para cinco dedos y Equus, que además del éxito teatral fue un escándalo para la época.


                                 La vida es bella.


                                 El Tormento. 


Forman propuso a Schaffer llevarla al cine conjuntamente y este accedió, pero la idea de ponerle música, no era un musical, fue de Forman. Entre los dos escribieron la película, que no es un biopic

sino una dramatización de la posible relación entre Mozart y Salieri.
No hay pues que seguir la película al pie de la letra, cuenta la leyenda que ni siquiera Salieri recogió el Réquiem y tampoco estaba allí en la muerte de Mozart, pero el efecto dramático conseguido es muy bueno.


                               Un gran actor.

Los actores son dos: F. Murray Abraham siempre sólido y siempre

admirable por sus caracterizaciones como lo demuestra interpretando a Salieri en diferentes momentos de su vida. El otro es Tom Hulce en realidad, leyenda, Mozart 2 pues Mozart 1 era el actor Mark Hammill el Skywalker de La guerra de las Galaxias, que fue descartado ¿Un acierto?
La música, como no podía ser menos, excepto alguna pieza de Salieri, es de Mozart. Habrá a quien le guste el compositor y a quien no, pero el mérito de Forman es haberla insertado sin que parezca un pegote, es más, revalorizando la escena. La orquestación corre a cargo de Sir Neville Marriner, un reconocido director de bandas sinfónicas con innumerables long plays en su haber.
Otro mérito de Forman es la elección del lugar del rodaje, Praga, que, naturalmente conocía bien y se adapta a la idea de la Viena de la época de Mozart.
Es Amadeus un cúmulo de aciertos que redondean una película a la que algunos achacan un metraje excesivo.
https://www.youtube.com/watch?v=ENwUp6po3M4

2 comentarios:

  1. Una película que va “in crecendo “ y que aunque el final ya se prevea, si conocemos el devenir de Mozart, no deja de engullirnos en la partitura cinéfila que crea Milos Forman y nos hace participes de lo bueno y lo malo del ser humano.
    Hasta llegamos a solidarizarnos con Salieri y su síndrome de Stendhal ante tanta belleza musical.

    Para mí la mejor banda sonora de la historia del cine, que dura y perdura por los siglos de los siglos. Mozart era un genio, que si hubiera conocido el cine seguro que hubiera firmado las bandas sonoras de Hitchcock. ;)

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  2. Apenas tengo algo que añadir.Para mí el éxito de la película está en el ensamblado de los distintos componentes de esta,sobre todo la música.Me vienen a la cabeza las películas americanas que tratan las biografías de músicos: Cuando pasan las nubes,La historia de Glenn Miller etc. y solo veo metraje como pretexto para introducir temas populares. Aquí ademas de la superioridad del compositor veo la superioridad del director que consigue un ensamblaje perfecto aunque tenga que hacer parecer a Salieri
    como un santito que al parecer no era.Insisto en la banda sonora de Merrimer: trescientos long plays de música,generalmente clásica y, generalmente con su propia orquesta.Un saludo,

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