La otra
parte del dúo y del Oscar era Jerome Robbins. Robbins fue un niño
prodigio que comenzó a tocar el piano a los tres años y musicalmente fue
discípulo del célebre Balantchine, había sido bailarín profesional, tomó parte
en la coreografía de Un día en Nueva York y trabajó con el
mundialmente conocido bailarín y coreógrafo Bob Fosse (Cabaret, 1972).
Se hizo cargo de las escenas de exteriores y los ballets de West Side Story
revolucionando el musical. Tuve la suerte de asistir a su estreno y nunca podré
olvidar el impacto en el público ese día con los primeros compases
atronadores y el primer ballet al aire libre: algo nunca visto.
La tercera
pata del trípode fue Leonard Bernstein, el compositor de la música
imperecedera de la película. Tampoco Bernstein era un desconocido, había
firmado la música de Un día en Nueva York (1949) y La ventana
indiscreta (1954), pero lo que verdaderamente le había hecho popular
entre el público americano eran los conciertos didácticos que daba en
televisión para jóvenes: Young People’s Concerts.
El mérito
de Bernstein en West Side Story, aparte de la calidad y la orquestación
es la variedad de los temas, desde ritmos latinos a baladas o al sincopado
baile del gimnasio. No sé a quién de ellos atribuir la crítica social de la
canción/baile América que llevó a un crítico a escribir que era el
primer musical/social de la historia del cine. La mayor parte de la banda
sonora sigue siendo muy popular. Hay un doble CD de ella dirigido por el propio
Bernstein, pero la interpretación está a cargo de voces muy cultivadas como
Kiri Te Kanawa y José Carreras que suben la calidad pero le bajan la
autenticidad.
Queda algo
importante en la película: los decorados. Los interiores correctos como en toda
superproducción pero los exteriores fueron rodados en un barrio que se iba a
derruir para reedificar; claro está que hubo que retocarlo para dar la
sensación de que aquellas pandillas vivían allí pero los picados y
contrapicados de las cámaras dieron un fondo idóneo para redondear el
espectáculo.
Queda la
parte más floja de la película: el reparto. Evidentemente es difícil encontrar
bailarines de diferentes ritmos que encima sean buenos actores. Para las
canciones no hubo problema porque fueron doblados pero los bailes…Rita Moreno
estaba en su salsa (perdón por el chiste fácil), Chakiris tenía nociones de
baile y antecedentes, pero el resto no. De ellos sobrevivieron Natalie Wood
(perdón otra vez por otro chiste fácil) una gran actriz, Rita Moreno buena
actriz y bailarina, recibió un Oscar por esta película, que ya
aparecía en Cantando bajo la lluvia y que aún sigue en activo,
Chakiris en películas serie B y Richard Beymer en seriales de
en mi modesta opinión el reparto es un acierto total tanto los Jets como los Sharks, los polis, el dueño del bar... Si acaso, el más flojito era Beymer, pero lo tenía ganado todo con esos ojos.
ResponderEliminarMaría ha sido parte de la banda sonora de mi casa especialmente desde hace casi casi 28 años.
Es una película preciosa que nunca me cansaré de ver, gracias por dedicarle un post
Se lo debía a la película. Fue emocionante asistir al estreno y ver la respuesta del público a algo totalmente nuevo:música,coreografía, la historia mil veces representada de Romeo y Julieta desde un ámbito nuevo cuando todo parecía ya dicho...Pero una vez pasado el asombro,queda la calidad.
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