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sábado, 26 de diciembre de 2015

LAURA (1944)

Mi primer contacto con el tema de Laura fue hace cincuenta años con mi llegada a la Universidad de Salamanca. Asistí, dando codazos, a un concierto de jazz en el Aula donde Fray Luis de León había pronunciado, siglos antes, su célebre: Decíamos ayer... Una experiencia mística.
Ocurre aquí el caso contrario de la anterior entrada, La colina del adiós. Aquí lo que perdura es la película, en blanco y negro, poco presupuesto, protagonistas no taquilleros.. Aunque es difícil encasillarla, oscila entre el cine negro, el thriller, el drama romántico... La mayoría, y yo con ellos, nos inclinamos por el noir.
La autora de la novela es la estadounidense Vera Caspary. Su obra más famosa es Laura, pero escribió muchas novelas, cuentos cortos, guiones de cine etc. Su filiación política hizo que utilizara un seudónimo.
El director fue Otto Preminger otro de los emigrados centroeuropeos (austrohúngaro en concreto) que hizo fortuna en los Estados Unidos. Laura fue prácticamente su tarjeta de presentación, pero luego vendrían Río sin retorno, Carmen Jones, El hombre del brazo de oro, Anatomía de un asesinato, Éxodo... un buen director, que en Laura empleó un estilo de iluminación directamente traído de Europa.
Uno de los platos fuertes de la película es el reparto. Gene Tierney tenía un nosequé indefinible(oxímoron a tope) que, como decía alguien, enamoraba a los hombres pero las mujeres la adoraban.


 









Dana Andrews estaba condicionado por su físico (la mayoría de los actores lo están con la excepción quizás del versátil John Malkovich). Tenía en aspecto de honrado, hombre de orden, honesto etc. Característicamente su peinado aparecía como recién hecho aún en las escenas de acción. (1)



El tercero en discordia es Clifton Webb que, cualquiera lo diría comenzó como bailarín, pero en Laura, su papel es el de Lidecker, se come al resto del reparto. La cuarta pata la compone, y bien, Vincent Price lejos aún de su 
                                   VINCENT PRICE

CLIFTON WEBB

superespecialización en películas de terror: faltaban casi veinte años para El péndulo de la muerte. Y no quiero olvidarme de Judith Anderson que se había revelado en su debut como la Sra. Danvers en Rebeca porque algún avispado lector me lo recordaría.
El autor del tema central es David Raksin que está en los créditos de más de cien películas y series de televisión. El letrista, en este caso importante, es Johnny Mercer que firma las letras de más de setecientas (700) películas.

 Laura es para sentirla con la luz apagada y la lluvia repiqueteando en la ventana y un café en la mano. A mi modesto entender.

(1) Azorín, escritor y ocasionalmente crítico cinematográfico dijo de Gary Cooper: Tiene cara de labrador honrado.
https://www.youtube.com/watch?v=vIdleI2SwPc


domingo, 20 de diciembre de 2015

LA ESCOPETA NACIONAL (1978)

                           LA ESCOPETA NACIONAL

Atiendo una sugerencia, y lo hago con satisfacción por llevar un tiempo desatendiendo a este sector, el cine español. Y encima es una película que me gusta y representativa de un cierto cine. Su director, Luis García Berlanga, con una obra no demasiado extensa, alcanzó éxito de público y critica que culminó con El verdugo (1963). Después de años de sortear la censura a base de virtuosismo, simbolismos y mil trucos, con el cambio de esta encontró un estilo propio cerca del llamado cine fallero (Berlanga era y se sentía valenciano). Dio rienda, casi suelta, al erotismo (nunca pornografía) que hicieron de él un erotómano conocido a nivel mundial. De hecho dirigió el jurado de un premio literario titulado La sonrisa vertical. Se puede apreciar en La escopeta nacional que esta facultad no la adquirió a humo de pajas. La otra característica que exhibiría en sus películas es la habilidad para las

películas corales sin protagonista definido. Esto pudo hacerlo porque, como John Ford, reunió un elenco  propio de actores que
le acompañaban hasta su fallecimiento (el de los actores). Esto es importante porque según se decía les daba una gran libertad de improvisación, lo que unido al micrófono libre ofrecía una naturalidad inusual.
Con esta introducción Berlanga nos ofrece un relato verídico con una envoltura de farsa (dislate decía el director) . In illo tempore las cacerías de altos vuelos servían de todo, hasta para cazar. Era vox populi que eran punto de encuentro entre personajes y aspirantes a serlo.(1) O sea entre el conseguidor y los solicitantes: todos corruptos, como dice el célebre dicho, tan corrupto es el que da como el que toma. Por personalizar en alguien, escojo al organizador del evento: el marqués de Leguineche o dicho de otra forma Luis Escobar también marqués en la vida real. Berlanga lo cogió ya mayor y en torno a el vertebró la película que luego completaría, dado el éxito, con Patrimonio Nacional (1981) y Nacional III (1982). Junto a el,  Jose Luis López Vázquez como su rijoso y sexo adicto hijo. Luis Ciges, camarada de armas de Berlanga, es el lacayo rural y trujimán del hijo. José Sazatornil en una de sus mejores interpretaciones es el típico industrial catalán emprendedor con su secretaria/arreglo. Amparo Soler Leal como la esposa batalladora del hijo. Y un personaje entrañable, el de Agustín González que lo bordaba: un cura trabucaire que, en aquellos tiempos, solía estar adscrito a las grandes familias nobiliarias de rancio abolengo. Y Antonio Ferrandis, y Rafael Alonso, y Chus Lampreave, y Mónica Randal, y ...
Casi todos siguieron a Berlanga en las sucesivas entregas y hubo otras incorporaciones mas o menos afortunadas.
El guión, como de costumbre, está firmado por Berlanga y su colaborados habitual Rafael Azcona.
"La no inclusión de la música permite comprender y entender con más claridad a estos personajes"; Luis Deltell en una monografía de la Universidad Complutense. ¿Que no habíais echado en falta la música?
(1) Estas trapacerías, y posiblemente la corrupción al más alto nivel, se han trasladado en la actualidad a los palcos de los grandes equipos de fútbol. De las monterías apenas se habla, salvo que aparezca algún juez coincidiendo con algún político y sean pillados.
ANÉCDOTA: Tenía la costumbre Berlanga de introducir, con razón o sin ella, en sus películas la frase el Imperio Austrohúngaro
como una especie de patente, y en esta también lo hace; algo similar a lo que hacía Hitchcock apareciendo en un momento u otro en alguna secuencia de sus películas.

martes, 8 de diciembre de 2015

LA COLINA DEL ADIÓS (1955 Love is a Many-Splendored Thing)


La colina del adiós fue en su momento una película de éxito: un melodrama pasional con mucho amor y, en aquellos momentos, interracial. Hollywood apostó por ella: una gran producción a todo color, escenarios, paisajes, una cabecera de reparto impecable,un director Henry King con más de cien películas rodadas, un fotógrafo reconocido, Lyeon Shamroy, y un guión que se prestaba a lucimiento.
                              Paisaje desde la colina

El libro en que se basa la película lo firma Han Suyin, que como recordará quien haya visto la película es el nombre de la protagonista, en realidad un seudónimo literario. Hay pues que concederle un cierto grado de relato autobiográfíco. Se basa en el periodo de la guerra de Corea y el romance entre un periodista occidental y una doctora asiática. Apasionado (el romance). No cuento más.


Es una película hecha para el gran público: mucho amor, lacrimógena, visualmente muy atractiva, y que tuvo mucho éxito.

Los intérpretes principales, el resto del reparto flojea un poco,son William Holden y Jennifer Jones. Holden es un valor seguro en la cumbre de su filmografía que abarca El crepúsculo de los dioses,
Traidor en el infierno, Sabrina (un punto negro, un error de reparto), Picnic, su confirmación como star internacional, con Kim Novack, El puente sobre el río Kwai, y que culmina (aunque no acaba) con Grupo salvaje.
Jennifer Jones se reveló en La canción de Bernadette (preguntadle a los papás), triunfó en Duelo al sol (otro amor racial prohibido) y
otras películas de calidad pero menor relumbrón. Aquí como en Duelo interpreta al personaje exótico. 
Lo que mejor aguanta el paso del tiempo es el tema central de la banda sonora y que lleva el mismo titulo que el original de la película El amor es algo maravilloso. El autor es Alfred Newman, que está en los créditos de mas de doscientas películas, algunas tan conocidas como La tentación vive arriba, El Rey y yo, South Pacific, La túnica sagrada o El prisionero de Zenda. El tema ha llegado hasta nosotros porque lo incorporaron a su repertorio los mejores crooners de la época y fue un fijo para las grandes formaciones orquestales que, como los dinosaurios, se extinguieron. La versión mas popular sigue siendo la de Ray Connif. El amor es algo maravilloso es para escucharla a pleno sol y a toda pastilla. Sigue escuchándose mientras que la película en si, con el incordio de no coincidir el titulo español con el de la canción es solo para los muy  afortunados que la gozaron en su momento. Se sigue dejando ver y es un ejemplo de lo que hacían los grandes estudios cuando no invertían en efectos especiales.

https://www.youtube.com/watch?v=UiPaSc0QDr4