GILDA (1946).

                                               La película Gilda es una obra mítica. Esta declaración no presupone un juicio de valor sobre sus cualidades artísticas. De hecho tiene muchas semejanzas con Casablanca, una clásica película serie B, de bajo presupuesto, rodada en blanco y negro, con aire exótico (Casablanca no fué rodada en ella ni Gilda en Buenos Aires) creado artificialmente pues ambas son películas de estudio. Hemos comentado que Casablanca literariamente tiene muchos padres pues hay muy diversas aportaciones a su libreto, sin embargo en Gilda el autor es E.A.Ellington un seudónimo del que se sabe muy poco. Además hay una coincidencia en los directores: aquí, como en Casablanca, el director es un emigrado también procedente del Imperio Austro-Húngaro, Charles Vidor, de los que aterrizaron en Hollywood. Vidor (Charles, hay varios Vidor en la historia del cine) fue un buen director, competente como Curtiz pero sin llegar a la genialidad. En su filmografia: Las modelos, Rapsodia, El cisne y Sueño de amor.

                                                    Un excelente malo y ...un tonto

                            Una bofetada antológica La música; Hugo Friedhofer un compositor de bandas sonoras muy trabajador que no aparece ni en los créditos de la película. El porqué está en que el éxito de la parte musical de la película, son los dos números que interpreta Rita Hayworth, y fueron compuestos aparte. E incluso aquí hay truco : Put the Blame on Mame (libremente Échame la culpa) y Amado mio fueron incluidos para el lucimiento personal de Rita Hayworth .  Como es sabido, su nombre real era Margarita Cansino y formó pareja de baile profesional con su padre, un sevillano, antes de llegar al cine. Bailaba muy bien, pero su voz fue doblada como era habitual en aquella época por una casi desconocida Anita Ellis. Se le permitió cantar en la escena final de la película acompañándose de la guitarra en la barra del casino y no suena mal, muy personal eso sí.

Put the Blame on Mame

                                                             Amado mio
En fin, que lo que estaba proyectado como un film noir (suena mejor en francés) se desvirtuó bastante con la presencia de Rita Hayworth, y eso que George Mcready es el malo perfecto de muchas películas y más tarde teleseries, y Glenn Ford, un buen actor algo encasillado en papeles de duro (quizás por lo del bofetón) aunque rodó algunas comedias aceptables: Empezó con un beso (rodada en España) y sobre todo Un gangster para un milagro y El noviazgo del padre de Eddie. Dos buenos actores ensombrecidos por Rita, un filón que la publicidad se encargó de magnificar : Nunca habrá una mujer como Gilda. En un  film noir puro Gilda habría tenido el papel de una femme fatale (otra vez el francés) pero no mantuvo el tipo, más femme que fatale. ¿Qué queda? una película mítica para su época a la que la publicidad y las distintas censuras, civiles, religiosas etc. se encargaron de promocionar cuando su propósito era prohibir. Quedan los bailes de Rita con el escándalo del supuesto strip-tease ¡de un solo guante! y para la época, la impensable bofetada de Glenn Ford a Gilda en la que era inconcebible que un hombre abofeteara a una mujer. Hay que comprender que han pasado casi setenta años y hoy nada de esto hubiera hecho que la película fuera mítica. P.D. Gilda ha sido incluida en 2013 en la lista de las películas especialmente protegidas por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América.