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domingo, 2 de febrero de 2014

FAHRENHEIT 451 (1966)


La historia es muy conocida: en una civilización futura (no demasiado), un Cuerpo ataviado de bomberos se dedica a quemar libros (arden a 451 grados Fahrenheit). El autor es muy célebre: el norteamericano Ray Bradbury, que a pesar de tener todos los títulos y premios de Ciencia Ficción (S-F en su acróstico inglés), negaba ser un autor del género. De hecho, su icono es una mecedora en un porche. Era un poeta que escribía relatos, generalmente cortos, de anticipación. Suyos son el guion de Moby Dick de John Huston y multitud de episodios de TV la Hora de Hitchcok, Historias para no dormir, Crónicas marcianas... Su fama en España para el publico general deviene de uno de sus títulos Crónicas Marcianas que adoptó (no adaptó) un malhadado programa de televisión. Nada mas lejos de él. El que lea el relato o vea la película sabrá que opinión tenía Bradbury de la televisión y los programas de entretenimiento. Cuenta la leyenda que quiso que en su lápida figurara únicamente Autor de Fahrenheit 451. No es leyenda que la primera publicación del libro fuera por entregas y en la revista Play Boy.
El mundo que nos muestra es un mundo feliz...a fuerza de anular a las personas, uniformarlas, sedarlas y evitar los problemas al no tener información más que la oficial que llega a todos de forma obligatoria por saturación. De hecho el país está en guerra y no repercute en la vida normal. Los libros son el gran peligro y por ellos son perseguidos y quemados, y sus lectores son hostigados de diversas formas. En la famosa escena de la quema de libros de la anciana, ahora con las técnicas modernas la podemos ralentizar, y ver las preferencias literarias del director no del autor. Estamos en la década de los sesenta.
   

                         Linda & Clarisse = Julie Christie
                   
Un director francés, François Truffaut, la llevó al cine. Truffaut formó parte del movimiento de renovación cinematografica que se llamó Nouvelle Vague, que se fue nucleando en torno a una revista que tenía por modesto titulo Cahiers du Cinema y cuya chispa de salida la originó una artículo de un critico llamado François Truffaut. Sería muy largo enumerar el devenir de los componentes de la Nouvelle, pero uno de ellos era reivindicar el cine americano, en especial algunos directores, a los que divinizaban. Ellos fueron los que en sus escritos y películas dieron a luz el llamado cine noir.
Varios de los títulos de Truffaut inciden en obras del género 
noirTirad sobre el pianista, La Novia vestía de negro... En ocasiones  colaboró como escritor de guiones, entrevistas, (hay una monografía muy célebre y apreciada sobre Alfred Hitchcock) y como actor en Encuentros en la tercera fase.



Fuego purificador



                                    Hombres-libro

La música que apoya el ritmo trepidante de algunas escenas es de Bernard Herrman, el compositor habitual de Hitchcock.
El protagonista, el estólido Oscar Werner desentona al lado de Julie Christie, que interpreta los dos personajes femeninos de la película.
Vuelven a no coincidir el final de la película y el del relato. En Bradbury es sombrío y coherente, en Truffaut hay varios toques de humor que no están en la obra original y el final es romántico y etéreo; la secuencia de los hombres-libros es anecdótica en el relato mientras que la película la convierte en uno de sus iconos.
P.D. De Bradbury/Fahrenheit ·"Se abreviaron los años de estudio, se relajó la disciplina, se dejó de lado la Historia, la Filosofía y el Lenguaje. Las Letras y la Gramática fueron abandonadas poco a poco hasta que se las olvidó por completo".
Escrito hace cincuenta años.

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