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martes, 20 de septiembre de 2016

CAMPANADAS A MEDIANOCHE (Chimes at Midnigth 1965)

Esta entrada no es aconsejable para hippies, yuppies, frikis, hipsters... Está escrita para amantes del Cine y del Teatro del grado 33. Porque vamos a tratar de una película, Campanadas a medianoche, perseguida por la mala suerte. Orson Welles como director era indiscutible, el British Film Institute lo escogió como el mejor director de la historia del cine, pero el cine es una industria y ahí patinaba bastante: sus películas cara a la taquilla dejaban mucho que desear y los productores no querían arriesgar su dinero con él.  Al igual que a los hermanos Marx, le costó encontrar un caballo blanco, cosa que finalmente sucedió en España. Una vez rodada la película, lo peor estaba por venir: blanco y negro, de época, una cultura y unos personajes extraños que hablaban de una forma extraña y una crítica  que la puso a los pies de los caballos. Un desastre. Por si faltaba algo, unos problemas legales dificultaron su distribución y, hasta hace poco, ha sido difícil verla.
Con cincuenta  años de retraso  la crítica la coloca, en algunas clasificaciones, entre las diez mejores películas de la historia. ¿Dónde estarán  los críticos  de antaño? Silencio sepulcral, nunca mejor dicho.
Se escuchan nítidamente las campanas y las ideas de Shakespeare sobre  la amistad,  el honor,  la fidelidad y el sentido de  Estado, hoy conceptos  totalmente en desuso.
La película se rodó  prácticamente en España, concretamente en Catalañazor y alrededores. Varias ciudades se disputan la localización del hayedo donde se rodó una de las escenas más emblemáticas de la película.
  Por una casualidad al mismo  tiempo y en las proximidades se rodaba Doctor Zhivago. Cuenta la leyenda que en alguna ocasión y después de alguna confraternización gastronómica y alcohólica,  ambos equipos se dedicaron al envejecimiento del decorado principal. También   cuenta  la leyenda que este era un boceto del propio Welles, lo mismo que el vestuario principal. Todo esto debido a que el caballo blanco iba sobrecargado   como también, según  cuenta la leyenda, el resto del vestuario y atrezzo provenían de los rodajes de El Cid y La caída del Imperio Romano.

Esta penuria provocó un sistema de rodaje que Welles utilizó en otras películas: secuencias en las que parte de los protagonistas están de espaldas a la cámara. Al no poder contar con los actores, los sustituía por figurantes para no interrumpir el rodaje ya que nunca podía contar con todos al mismo tiempo.
En este sentido es muy conocida la anécdota de que por falta de recursos y para un película Shakesperiana tuvo que contratar actores escoceses. Podemos imaginarnos una película andaluza con actores gallegos. Un desastre.
Pero Welles hacía de estos problemas virtud. Para la batalla de Campanadas a medianoche apenas contó con algo más de un centenar de figurantes y sin embargo ha pasado a la historia del cine como una de las batallas mejor rodadas. Solo como anécdota, Fernando Fernán Gómez  había rodado en La venganza de Don Mendo, el mismo efecto unos años antes en plan bufo: unos escasos figurantes pasando una y otra vez delante de la cámara pero sin querer engañar a nadie.
La base literaria de la película son varias obras teatrales de William Shakespeare que durante treinta años Welles refundió y utilizó en obras teatrales, monólogos,  performances etc. Todo ello culminaría en Campanadas a medianoche que, por cierto, es un extracto de una cita de la obra, aquella que comienza "La de cosas que hemos visto".
El compositor recibió como pago, al no haber cash, los derechos de la banda sonora.
Y los intérpretes: muchos y muy buenos actores españoles en el reparto. De los Shakesperianos  resaltar a John Gielgud, el Rey. Siempre se ha dicho que el número uno era Lawrence Olivier. Para mí, no. Al inefable Kenneth Brannagh y su alegre muchachada, ni los nombro.
Queda Wells/Falstaff. No hay separación posible, a lo largo del tiempo Orson fue creando un personaje y un físico a su medida. Estaría orgulloso  de su logro. Para él,  esta fue su mejor película. 
P.D. Orson  Welles  fue un enamorado de España. Por deseo propio sus restos están enterrados en la finca de un torero amigo suyo. Grande, enorme, entre los más grandes.   

jueves, 1 de septiembre de 2016

CHARADA (Charade 1963)

Charada según el Diccionario de la Real Academia Española : Pasatiempo consistente en adivinar una palabra a partir de alguna pista. Pues eso, un pasatiempo, pero realizado por un gran director: Stanley Donen. Quizás a muchos lectores no les suene el nombre, pero Stanley Donen tuvo un comienzo fulgurante en la dirección, muchas veces con Gene Kelly, con títulos como Un día en Nueva York, Cantando bajo la lluvia, Siete novias para siete hermanos, Siempre hace buen tiempo... No está mal para un principiante. Donen era un buen tipo, mejor director y un innovador. Y había sido antes bailarín...
Y cuando paso la fiebre del musical, excelentes comedias que aún hoy se pueden ver con agrado: Indiscreta, Volverás a mí, Página en blanco, Charada, Arabesco (un experimento), Dos en la carretera y algunas otras menos memorables. Cinco películas Stanley Donen- Cary Grant que eran amigos legales. Entre ambos comenzaron a fabricar un truhán / un señor: seductor, elegante, algo misterioso que culminaría en el personaje de Grant en Charada. Audrey Hepburn aceptable actriz, andrógina, frágil, con unos ojos icónicos que Dios le dio y capaz de ponerse cualquier cosa que saliera de la, en aquellos tiempos, mítica alta costura francesa, en esta ocasión Givenchy.
                                El mayor y la menor
Stanley Donen fue acusado en la época de estar muy influido por el cine de Alfred Hitchcock; el tiempo pone las cosas en su sitio y está claro que tenía un estilo propio y un sentido del humor diferente al de Don Alfredo,  que también lo tenía. Quizás el asunto vendría por algunas colaboraciones del actor y el director, ambos británicos, en varias películas de temática romántica con toques de thriller, o al revés. 
El resto del reparto inmejorable, George Kennedy en uno de los dos tipos de personaje que le hicieron famoso, James Coburn de vaquero urbano y el excelente Walther Mathau, un actor curtido en la televisión, aquí antes de formar pareja estable con Jack Lemmon.
Y la música: el mejor Henry Mancini en su mejor época. Mancini declaró posteriormente que había escrito el tema en una hora de trabajo.
https://www.youtube.com/watch?v=NZ1ANlvn3rs

La  France, Oh,là, là!.
P.D. .- Charada fue remakeada con el título de La verdad sobre Charlie y, por decirlo suavemente, fue sobreseída por el público.

P.D.2.-Ha muerto R2-D2, en el siglo Kenny Baker. Con él se va una parte, pequeña, de la juventud de muchos aficionados. Supongo que lo enterrarán con su uniforma de trabajo ¡Que menos! No se si lloran los droides, caso de que así sea, C-3PO estará a estas horas hecho una chatarra herrumbrosa esperando encontrarse con él de nuevo en el Infinito que es donde van a parar los droides buenos.