Dada la buena acogida de la entrada La escapada, volvemos al cine europeo. Antes una pequeña anotación no habitual; los Estudios Ealing eran unos estudios muy pequeños en Inglaterra casi como una cooperativa o una empresa de amiguetes. En lenguaje de hoy diríamos que producían películas low cost pero con mucho talento. Su máxima, reflejar con autenticidad la sociedad inglesa pero poniéndola en valor. El culmen de esta labor y su paradigma es El quinteto de la muerte. Una mezcla de la comedia negra tirando a macabra, una exhibición del humour inglés, un compendio de saber hacer y aprovechar unos medios escasos para un resultado excelente.
De lo dicho anteriormente lo tiene todo, comenzando por el bajo presupuesto y el gran talento. Las viejecitas son como las hemos imaginado siempre: impolutas, con un sombrerito con flores y sus gatos, pájaros, gardenias o lo que se tercie, defensoras de los animales. Y el omnipresente té.
England made me.
Los policemen orondos, serviciales y con bigotes y silbatos. Los gangsters: el clásico ex-militar británico que no quiere ensangrentarse las manos; un peso pesado sonado que es un pedazo de pan; Herbert Lom un asesino nato que ya comenzaba con sus tics y, que muchas películas mas adelante, sería el comisario del Inspector Clousseau, aquí Peter Sellers un delincuente de poca monta. Y Alec Guinnes, el hombre de las mil caras, en esta ocasión la mente pensante. Guinnes tenía una gran habilidad para las caracterizaciones y en algunas películas para la Ealing interpretó varios papeles al mismo tiempo como en la original Ocho sentencias de muerte.
Inglaterra, Arabia, las Galaxias...
La música, clásica, no molesta.
El guión es de William Rose, guionista habitual de Hollywood.
Tanto talento junto, necesita una aglutinante, el director Alexander Mackendrick del que estoy convencido que la mayoría de los lectores no había oído hablar nunca. Nacido en Estados Unidos pero de ascendencia escocesa dirigió una obra breve pero intensa. En total doce películas de las cuales todas son buenas y algunas muy buenas. La mejor, sin duda, Chantaje en Broadway que contiene ademas las mejores interpretaciones de sus carreras de Burt Lancaster y Tony Curtis. Lo cierto es que aparte de sus méritos la mas conocida sigue siendo El quinteto. Yo, desde mi vertiente de pediatra, me inclino por Viento en las velas y Sammy, huida hacia el sur. Contienen el mejor paso de la infancia a la adolescencia que yo he visto en le cine sin el obligado punto de inflexión a la vida sexual: son para todos los públicos. Spielberg lo intentaría a su vez en El Imperio del sol, que no voy a comentar.
Los cadáveres repartidos por toda Inglaterra en El quinteto de la muerte, detalle macabro donde los haya, supongo que inspirarían a Hitchcok con una escena similar en una de sus películas rodadas en Londres. Hitchcock era un genio, pero también solía aprovechar detalles de otras películas, en ocasiones suyas. Canibalizar, lo llaman, cuando se trata de genios.
P.D. La película El quinteto de la muerte, todo un clásico y que aparece en todas las listas, ha sido remakeada hace unos años, con el titulo de The Ladykillers por los hermanos Coen con el gancho de Tom Hanks. Los aprecio mucho a todos, tampoco voy a comentarla.
De lo dicho anteriormente lo tiene todo, comenzando por el bajo presupuesto y el gran talento. Las viejecitas son como las hemos imaginado siempre: impolutas, con un sombrerito con flores y sus gatos, pájaros, gardenias o lo que se tercie, defensoras de los animales. Y el omnipresente té.
England made me.
Los policemen orondos, serviciales y con bigotes y silbatos. Los gangsters: el clásico ex-militar británico que no quiere ensangrentarse las manos; un peso pesado sonado que es un pedazo de pan; Herbert Lom un asesino nato que ya comenzaba con sus tics y, que muchas películas mas adelante, sería el comisario del Inspector Clousseau, aquí Peter Sellers un delincuente de poca monta. Y Alec Guinnes, el hombre de las mil caras, en esta ocasión la mente pensante. Guinnes tenía una gran habilidad para las caracterizaciones y en algunas películas para la Ealing interpretó varios papeles al mismo tiempo como en la original Ocho sentencias de muerte.
Inglaterra, Arabia, las Galaxias...
La música, clásica, no molesta.
El guión es de William Rose, guionista habitual de Hollywood.
Tanto talento junto, necesita una aglutinante, el director Alexander Mackendrick del que estoy convencido que la mayoría de los lectores no había oído hablar nunca. Nacido en Estados Unidos pero de ascendencia escocesa dirigió una obra breve pero intensa. En total doce películas de las cuales todas son buenas y algunas muy buenas. La mejor, sin duda, Chantaje en Broadway que contiene ademas las mejores interpretaciones de sus carreras de Burt Lancaster y Tony Curtis. Lo cierto es que aparte de sus méritos la mas conocida sigue siendo El quinteto. Yo, desde mi vertiente de pediatra, me inclino por Viento en las velas y Sammy, huida hacia el sur. Contienen el mejor paso de la infancia a la adolescencia que yo he visto en le cine sin el obligado punto de inflexión a la vida sexual: son para todos los públicos. Spielberg lo intentaría a su vez en El Imperio del sol, que no voy a comentar.
Los cadáveres repartidos por toda Inglaterra en El quinteto de la muerte, detalle macabro donde los haya, supongo que inspirarían a Hitchcok con una escena similar en una de sus películas rodadas en Londres. Hitchcock era un genio, pero también solía aprovechar detalles de otras películas, en ocasiones suyas. Canibalizar, lo llaman, cuando se trata de genios.
P.D. La película El quinteto de la muerte, todo un clásico y que aparece en todas las listas, ha sido remakeada hace unos años, con el titulo de The Ladykillers por los hermanos Coen con el gancho de Tom Hanks. Los aprecio mucho a todos, tampoco voy a comentarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario